No entiendo el frío silencio.
No entiendo tu mutis, tu carrera, tu huida.
No entiendo ni tu anestesia, ni tu hiperactividad ni tu miedo.
No entiendo ni por qué ni cómo. Ni sé cuándo.
No entiendo esa doble personalidad. Esos dobles afectos.
No entiendo las reglas del juego.
No entiendo que cambien cuando yo marco el tanto.
No entiendo: ni cuando amas, y menos aún cuando eres indiferente.
No te entiendo.
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