Hubo cierta vez, ni hace mucho ni poco, una personilla acurrucada en un portal. Era una personilla o un bulto informe cubierto de ropas, según a quien preguntases. El tiempo era frío y el sol hacía rato que se había ocultado. Pero pese a este melodramático comienzo, la historia no es triste, no más de lo que pudiera haber sido si algún "ignorante" hubiera pasado por allí con ganas de "juerga". Lo único que aconteció fue un cuasi-descanso en un frío suelo intenatndo acaparar todo el calor que retenían las mantas y la suciedad que las entretejía. La mañana siguiente fue otro día.
¿Qué es lo bueno de que nos seamos capaces de atajar las injusticias? ¿De que cada vez haya más personas que han cruzado el umbral de la pobreza? Pues que deja de ser noticia: si no sale en los medios: no existe. Abramos los ojos a lo que nos rodea.
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