domingo, 30 de marzo de 2008

El Gran Desahogo

Gritaban las gentes que paseaban. Gritaban los niños. Gritaban los ancianos. Gritaban las ejecutivas de alto nivel y gritaban los amos de casa. Chillaban, se desgañitaban, gritaban. Sus voces se elevaban al cielo y se infiltraban en el subsuelo. El estruendo de aquellas voces, estridentes unas, y templadas otras, se escuchaba en todas las ciudades del mundo y del extramundo. Y los habitantes de aquellos lugares los imitaron. El grito se fue volviendo uniforme hasta que por unos segundos, las ondas generadas por aquellas gargantas forzadas formaron un nuevo estrato en la atmósfera. Los animales gritaron. Las plantas gritaron. Los hongos gritaron. Y los protozoos y las eubacterias y las arqueobacterias gritaron. Y Pangea unió su voz a aquel estallido de rabia contenida, de miedo, de dolor, de frustación, de impotencia...

“Se formó un caos horroroso” dirían después los miedosos. “No siempre se pueden obrar milagros, pero había que intentarlo”, expresarían los pragmáticos. “El dolor nos hizo estallar en este lamento común”, explicarían los sentimentales.

Y más tarde, todos los seres racionales intentarían encontrar la causa de aquel momento de locura global, como lo llamaron los dirigentes, o del Gran Desahogo, como empezaba a denominarse en los pueblos y ciudades. Los sacerdotes y guías espirituales de todas las religiones vieron la mano de Dios en aquello, el Lamento de Dios, dijeron. Para los ecologistas fue el llanto de la Madre Tierra. Los psicólogos lo atribuyeron al estrés y los psiquiatras a un fallo neuronal pandémico idiopático.

En realidad nadie sabía como comenzó el grito común, ni porqué. Nadie lo sabía y a nadie le importaba porque todos se unían a él. Todos liberaban sus mentes y sus corazones clamando por ellos, o por los otros, o por los de más allá. Los unos y los otros se desahogaban, aligeraban la carga. Todos creían necesario alzar la voz, ¿alguno escuchaba?

Dedicado a Eli.

jueves, 27 de marzo de 2008

Perseverancia o cabezonería

Lo que ocurre cuando buscas informaciones en la red de redes sobre temas varios como, por ejemplo, la vida y costumbres de los escarabajos peloteros es que encuentras cositas como éstas.

Lo admito, admiro al prota de este corto. Quien tuviera su perseverancia para afrontar los retos que nos encontramos a lo largo de nuestra vida (iba a decir del camino, pero es que me voy a encasillar :). Aprendamos de los seres evolucionados.

El trabajo de estos artrópodos es recoger la mierda (perdón, heces) de animales algo más grandes como las vacas. Y con esta materia orgánica construyen (o construían porque están un poco en peligro de extinción) cunas confortables, calentitas y nutritivas, donde la hembra deposita los huevos fecundados. Ésto, sólamente (lease en tono sarcástico), favorece a la redistrbución de la materia orgánica en el suelo, lo que contribuye a su desarrollo y mejora, lo que permite que los hongos y las plantas también crezcan felices y contentos. Y el ecosistema prospere y sí, también regule el clima...

SALVEMOS AL ESCARABAJO!! APRENDAMOS DE LA NATURALEZA!!

jueves, 20 de marzo de 2008

La encrucijada II

-Maestro, no lo sé, creo que no estoy preparado para tomar la decisión. Quizá debería decidirlo usted, pues es más sabio y ya conoce el camino...
-Es cierto, conozco el camino, y si te soy sincero, en algunos de mis viajes he tomado un camino y en otros, he tomado el otro, y siempre he llegado a mi destino.
-Entonces, ¿Cuál es la importancia del camino? Tiremos una moneda al aire y que decida el azar.
-Si estás dispuesto a dejar tu vida en manos de una moneda, lánzala. Será tu decisión, y por tanto, será la decisión acertada. Pero ya tienes todos los elementos que necesitas para elegir: el clima, el tipo de camino, las posibles complicaciones y el destino, ¿porque jugar con la suerte cuando no lo necesitas?
-Pero maestro... ¿y si me equivoco?
-No te equivocarás.
-Pero si me equivoco nos destrozaremos los pies, o quedaremos atrapados por el barro o nos asaltarán los forajidos, o...
-o permaneceremos en esta encrucijada por el resto de nuestras vidas. No te vas a equivocar porque escojas el camino que elijas, llegaremos a nuestro destino, más pronto o más tarde, pero llegaremos. Y si acaso no fuera el más correcto, aprenderás del error y la próxima vez que llegues a este punto del camino, sabrás hacia donde dirigirte.
-¿Y es necesario que elija ahora? Si esperamos algunas horas, nos aseguraremos de que no llueva y sabré cuál es el camino adecuado.
-¿No te lo dije? Recuerdo claramente que las instrucciones que te dí antes de emprender el viaje fueron que era necesario llegar a nuestro destino antes de que pasaran dos noches. Y te recuerdo que tardaremos más o menos según el camino que escojamos.
-Cierto. Vayamos por éste.
- ¿Seguro?
-No. Espera... sí. Por éste. Creo que es el mejor camino.
-¿Seguro?
-Sí. Hace un rato comenzó a soplar el viento, lo que ha desplazado parcialmente a las nubes. Podemos ir por el de los cantos rodados porque aunque llueva, no será por mucho tiempo, además creo que en su dirección he escuchado el murmullo de un río que al menos encauzará en agua, si se produce una inundación.
-Estupendo. Avancemos. A la vuelta volveremos por el otro sendero, y tu me dirás si has errado en tu decisión o no.

martes, 11 de marzo de 2008

la encrucijada

-¿Cuál es el camino correcto, maestro?- preguntó el joven cuando llegaron a la encrucujada.
-¿Cual crees tú?
-Nos dirigimos al norte, pero el camino de la derecha va hacia el este y el de la izquierda hacia el oeste. podriamos ir campo a través.
-No podemos atravesar el monte, porque lo que empiezan siendo hierbajos junto al camino se convierten en denso matorral primero y espeso bosque después. ¿Cuál camino eliges?
-Los dos son muy semejantes, no veo ninguna gran diferencia.
-¿Y qué me dices de las piedras?
-Pero maestro, ¡ambos tienen piedras!
-Si, pero en ese lado son un poco más puntiagudas que en aquel. Y te recuerdo que ambos vamos descalzos.
-Cierto, entonces vayamos por el camino de cantos más romos.
-No te apresures en tu elección. ¿Te has fijado por qué en un lado del camino las piedras están más desgastadas que en el otro?
-No creo que pudiera saberlo...
-La clave está en la vegetación.
-¿La vegetación? ¡Pero si los dos tienen florecillas lilas en los márgenes!
-Acércate más, ¿no notas ninguna diferencia?
-Quizá en este camino, los tallos sean más altos.
-No sólo más altos. También más recios, más gruesos, típicos de una planta leñosa, lógico si nos fijamos que se trata d emalvas. En el camino de los cantos pulidos, los márgenes están llenos de florecillas parecidas, pero se aprecia claramente que son herbáceas. ¿Podría ser que si hubiera una corriente de agua superficial, en este lado del camino, en el de las plantas herbáceas, el agua pasara con más fuerza, que en aquel? Y mira el cielo, amenaza con una gran tormenta.
-Pues vayamos por el otro entonces, por el de las piedras más puntiagudas.
-¿Esa es tu elección?¿Estás seguro?
-No
-Pues sentémonos a reflexionar. Fíjate en las sutiles diferencias. Son la clave. Te ayudaran a elegir...

jueves, 6 de marzo de 2008

La historia que se esconde tras el diagnóstico laboratorial microbiológico II: Yo lo cultivo, yo lo identifico.

Et violà! Ya está en sus quioscos de revistas científicas especializadas en el diagnóstico laboratorial veterinario, la segunda entrega de esta fascinante historia en la que los intereses económicos y la lucha por las patentes eclipsan los avances técnicos en el campo del diagnóstico. Una novela científica para todos los públicos. Para abrir boca, aqui va el comienzo:


"Si seguimos este esquema básico del diagnóstico laboratorial microbiológico, tras la primera aproximación a la muestra, se recurre al aislamiento del microorganismo en un medio sólido. En este caso, lo más habitual, es coger una o varias placas de Petri con medio sólido, muchas veces selectivo o diferencial, e inocular una pequeña cantidad de la muestra, a la cual, según su procedencia o el tipo de microorganismo del que se sospeche, se le realizará un tratamiento previo o no. En la actualidad, lo normal es adquirir estos medios ya preparados por una casa comercial. Podemos recordar que el aislamiento de colonias provenientes de un único clon, en un medio de cultivo adecuado, no fue posible hasta casi dos siglos después de la primera visualización de los microorganismos por Leeuwenhoeck.

El origen del cultivo y aislamiento de microorganismos se ha difuminado a lo largo del tiempo. Parece que Bartolomeo Bizio fue la primera persona en aislar e identificar a un microorganismo, aunque apenas se le menciona. Bizio, en el año 1823, fue uno de los encargados de investigar un brote epidémico de “pan sangrante” en Padua. El “pan sangrante” es una contaminación de los alimentos que se caracteriza por la aparición de puntos de color rojo, principalmente en hostias consagradas, con lo que se le consideraba un hecho milagroso. Bizio logra aislar estas “manchas de sangre”, que realmente eran colonias bacterianas, aunque él creyó que se trataba de un hongo, y al microorganismo responsable le dio el nombre de Serratia marcescens. Le da el nombre genérico de Serratia en honor al físico italiano Serafino Serrati, quien construyó el primer barco a vapor llamado Arno, pero cuyo mérito no fue reconocido. Para compensarle y conseguir que su nombre entrara en los anales de la ciencia, Bizio decide nombrar así al nuevo género que ha descubierto. El nombre específico de marcescens viene del latín macerado o marchitado, por la apariencia mucilaginosa de las colonias maduras. De este modo, Bizio compensa una de las muchas “injusticias” de la ciencia al honrar y dar a conocer los logros de Serrati. "

Continúa en la revista Avedila: Alba P, Álvarez S, García ME, Blanco JL. 2007. La historia que se esconde tras el diagnóstico laboratorial microbiológico II: Yo lo cultivo, yo lo identifico. Laboratorio veterinario Avedila 43: 18-23.

miércoles, 5 de marzo de 2008

la mirada...

La lluvia golpeaba los cristales, pero ella no se daba cuenta. El frío transformó las gotas de agua en granizo, y ella no oía el repicar constante sobre la ventana. Los truenos comenzaron, se hicieron ensordecedores, y los rayos estallaban iluminando el cielo durante varios segundos, pero ella no lo oía. No era importante. Ella estaba en un momento distinto, un día distinto, un lugar distinto. Ella trataba de cambiar el pasado, intentaba invocar a algo, lo que fuera, de la naturaleza que fuese, que le ayudara a enmendar aquel error. Ella no estaba sentada en el borde de su cama, ella se encontraba perdida en aquellos ojos negros que le robaron la vida. Ella estaba abandonada en algún lugar desierto, al que nadie había llegado, sabiendo que esta siendo absorbida por una fuerza extraña, poderosa, y enigmática. Ella no veía la realidad, porque no existía para ella. Nada podía existir si no era dado por aquella mirada. Nada era real si antes no lo habían visto aquellos ojos negro. Y ella se sentía felizmente atrapada y angustiosamente liberada. Sabía que necesitaba sumergirse en aquella mirada pero sabía que sería su perdición. Pero ya había entrado, la marea la rodeaba y se dejaría ahogar, porque ya lo había decidido. Porque la elección fue hecha el día que no puede cambiar, el día que le gustaría no hubiera existido, el día en el que estuvo en aquella habitación, con aquellas personas, con aquella mirada que la sedujo y la maldijo con el amor.