jueves, 15 de enero de 2009

I

El becario miraba la pantalla que tenía delante de sí boquiabierto. Indeciso entre creerse aquello que veían sus ojos o las clases magistrales que su jefe le llevaba impartiendo desde hacía meses. Presa de un súbito pánico, fruto de su inseguridad, introdujo de nuevo la larga lista de aminoácidos y con mano temblorosa pulsó al enter.
Ante su atónita mirada volvió a aparecer aquella proteína, plegada exactamente del mismo modo, que casaba como un guante con la toxina aislada de E. coli. Sin salir de su asombro introdujo de nuevo los datos, esta vez la secuencia completa de 2500 pares de bases, y la misma estructura se dibujó en la pantalla.
Seguro ya de sus resultados sacó el móvil del bolsillo de la bata dispuesto a informar a su jefe de inmediato, cuando vió que el reloj digital marcaba las 0:00.

Continuara...

2 comentarios:

mileto dijo...

Sigue pronto que me ha gustado mucho...

PAA dijo...

gracias...
ya está la II parte