Tus manos
sobre mis caderas
firmes, sin vacilar.
Mis labios se despegaron
gesto de sorpresa, señal de conformidad.
Tus ojos me ataron
con cuerdas de viento,
amarradas al mar.
Prisionera en tu abrazo,
cautiva de tu aliento,
mi alma pudo volar.
Libertad amarga
dulce libertad.
Cuanto más fuerte me agarras,
más alto puedo saltar.
Libertad amarga
dulce libertad.
No me sueltes todavía,
tengo mucho que soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario