El día D se acerca, tatatachán. La hora H es de las peores, pero al menos a las 14 pm ya se habrá acabado, tatatachán. Es ahora cuando las palmas se humedecen, las bocas se secan y las manos tiemblan en espasmos bastante similares a los de Parkinson. Sólo deseo que la voz no tiemble y la cabeza se mantenga fría y serena para afrontar el desafío.
Mañana os cuento que el desenlace.
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