La noche pasó como un sueño. Durante una noche en blanco visitamos la ciudad del amor, una única noche para una ciudad impresionante. Una noche para descubrir la ciudad de la luz (eléctrica). Un sueño que nos atrapó en una innolvidable vivencia que se hizo humo cuando regresamos a Madrid, debido al sobreesfuerzo al que nos sometimos, pero que vuelve a definirse en nuestros recuerdos ahora que las neuronas parecen haber descansado.
Pues si, la noche en blanco Parisina de 2008 nos fuimos a Paris, sólo esa noche. La cruz, que no supimos ver las actividades de la noche en blanco. La cara: toda la magia de la noche, las calles, las gentes, los pequeños detalles, ...la aventura... Era sábado por la noche y se notaba, estaba lleno de gente que salía por los diferentes barrios, a diferentes citas.
De toda la noche, me quedo con Montmartre, el barrio de los artista, con el mirador que te encuentras si subes en el funicular. Las vistas espectaculares: todo París.
La torre Eiffel es impresionante también. Y el Louvre, bueno la fachada y la pirámide. Y el Arco del Triunfo. Y el Sena. Y Saint-Germain. Y los campos Eliseos.
Ya sólo me falta volver para disfrutar la ciudad: una semana, dos, vivir unos mesecillos... u otra mini-escapada para revivir la emoción de la noche.
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