Cada día me asombro más del impacto que tiene internet y la comunicación global en la vida diaria. Siempre ha habido rumores, algunos ciertos, otros infundados, y éstos siempre han derivado en consecuencias. Pero ahora, gracias a internet, los rumores han alcanzado la velocidad de la luz, y crecen exponencialmente a un ritmo vertiginosos y aterrador con el consiguiente aumento brutal de "mutaciones" o pequeñas variaciones que terminan contando una verdad distinta. Por ejemplo, ahora en este periodo de crisis, en cuanto alguien menciona en un foro que tal banco está a punto de caer, la noticia se reparte, y el un par de días a lo sumo todo el mundo lo sabe. Se nota porque cae el valor de las acciones de ese banco. Se nota porque comienza una campaña publicitaria más impactante. Y yo me pregunto, las pérdidas son por los rumores o son porque la gente se cree esos rumores y saca el dinero, no todo, pero cuando el agua suena...
Y ahora sucede con los bancos, pero quien no ha leído mensajes o noticias en periódicos o blogs que denuncian a tal o cual compañía por una práctica no ética o ilegal , y nos lo creemos porque hay una respuesta por parte de esa compañía: publicidad, comunicados, acciones estratégicas que lo desmientan,... O que demonizan a una u otra persona, sea culpable o no, se la condena públicamente, sin darle opción a defenderse, y ya sé que eso siempre ha ocurrido, que es propio de la condición humana juzgar al resto de humanos, pero ahora es brutal. Ocurre una desgracia y en menos de un día hay trescientos (es un decir) blogs de opinión que estudian en plan CSI todo lo ocurrido, desde los testimonios hasta las pruebas que presenta la policía. A mi me impresiona, pero lo que más me impresiona es que le damos credibilidad, y no tenemos ni idea de quien lo ha escrito.
Por ejemplo, alguien ha pintarrajeado el portal de tu casa, y no hay más pruebas del autor que su pseudónimo ininteligible. Te encuentras con la vecina del cuarto y te dice que está segurísima de que ha sido el hijo de la del séptimo porque está en esa edad difícil, y tú piensas que es una mujer aburrida a quien le gusta mucho chismorrear. Pero si tu vecina del cuarto lo publica en un blog titutado: "esto da que pensar" o "mil y una verdades sobre la convivencia vecinal" que tú encuentras por causalidad navegando, entonces piensas, oye, pues a ver si tiene razón y va a ser el chaval éste, porque ahora que lo pienso el otro día no me saludó en la escalera. Quizá sea exagerado, pero quien dice que no haya pasado.
Pero lo que más me ha mosqueado siempre son los correos electrónicos de reenvío que te avisan de que alguien va a poner una bomba en tal sitio o de que hay artefactos explosivos tirados por la calle. Porque puedo entender los móviles de los dos casos anteriores: comerciales, o de presión social para condenar o liberar a alguien. Pero, ¿a quién le puede interesas crear miedo tan irracional? ¿Quién se molesta en manipularnos para que no podamos olvidar a los "malvados" abstractos? ¿A quién le interesa tanto que andemos distraídos?
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