La semana pasada estuve en el corazón de Doñana. Es impresionante, se respira una calma tremenda, pero a la vez sientes todo lleno de vida. Además la primavera estaba en pleno apogeo: todo estaba verde, lleno de flores y con multitud de animales paseando tranquilamente por aquellos parajes, pero como una imagen vale más que mil palabras:
miércoles, 30 de abril de 2008
viernes, 18 de abril de 2008
Confía en mí
Tus ojos te delatan, es una mirada apenas perceptible, pero se percibe. Por eso te delatas. Tus ojos indican un sentimiento. Cual, no sé. Tus palabras, preocupación. Y no me lo puedes confiar porque se refiere a mi. Y no me lo puedes confesar por que tu seguridad se vería amenazada. Y no me dejas participar porque desde el principio te empecinaste en que pasase lo que pasase no me ibas a amar. ¿Lo conseguiste? No sé. No lo sé porque a veces tus ojos hablan de amor y otras de indiferencia. Y otras dejan entrever algo nuevo que no sé descifrar. ¿Acaso tu corazón se está derritiendo? ¿Acaso no era piedra, sólo necesitaba un estímulo para reblandecer? No lo entiendes, ¿verdad? Yo tampoco, pero juntos quizá lo podamos enfrentar. Confía en mí. Aunque creas que lo utilizaré contra ti. Confía en mí, no lo haré. ¿Para qué te querría destruir? Si tu cayeras...me arrastrarías...
jueves, 10 de abril de 2008
Examen final
Día D...
La mujer rubia estaba arrodillada en el suelo, con los pantalones llenos de barro, como si hubiese sido arrastrada antes de llegar a aquella posición. Tenía las manos atadas a la espalda y la cuerda le continuaba hasta los tobillos, sujetándolos también. En su frente, la boca de una pistola, negra, pequeña, brillante. Sosteniendo la pistola estaba la otra mujer, la morena de amplia espalda y largas piernas. La ropa de esta mujer también estaba embarrada y además rota, desgarrada. El tenso brazo derecho de la mujer morena llevaba en esa postura al menos diez minutos, sin temblar, sin mostrar signos de cansancio. La cabeza de la mujer rubia llevaba los mismos diez minutos erguida, sin apartar la mirada ni un nanosegundo de los ojos de su acompañante. Sonó un móvil. La morenaza lo cogió con la mano izquierda, sin pertubar la escena en ningún otro aspecto:
-Te estamos esperando -dijo una voz distorsionada al otro lado de la linea.
-¡Cabrones! -respondió la mujer, lanzando el teléfono en una parábola perfecta sin molestarse en colgar.
Un mes antes, en la sala A...
-Bienvenida a la organización Clara.
-Gracias.
-Tus puntuaciones han sido excelentes, eres con mucho la mejor de nuestros candidatos.
-Gracias.
-Pero aún no has pasado tu examen final. Tienes que eliminar a esta persona, en un mes.
Mientras, en la sala B...
-Bienvenida a la organización Blanca.
-Gracias.
-Tus puntuaciones han sido excelentes, eres con mucho la mejor de nuestros candidatos.
-Gracias.
-Pero aún no has pasado tu examen final. Tienes que eliminar a esta persona, en un mes.
Día D, en una casa de piedra llena de maleza, con los muros semiderruidos, en medio del campo...
El móvil de la mujer rubia sonó dentro del bolsillo de su pantalón. El mismo tono que antes, pero en un terminal diferente.
-Si no lo coges, te darán por muerta-dijo la morena en un tono casual.
-Si no lo coges tú. Te cambié el móvil hace tres días, en aquella persecución en el metro.
La morena descendió el brazo derecho, hasta que la pistola estuvo a la altura de la yugular de la rubia. Entonces lentamente, doblo el brazo y se acercó hasta poder introducir la mano izquierda en el bolsillo del pantalón de aquella mujer. Descolgó:
-Te estamos esperando -dijo una voz distorsionada al otro lado de la línea.
-¿A quién?-respondió Clara, y volvió a lanzar el teléfono por los aires para estrellarlo muy cerca del otro.
-Supongo que ninguna hemos pasado la prueba, yo no he logrado capturarte y tu no has sido capaz de matarme. Ambas suspensas- dijo Blanca, con un ligero tono de burla.
-Ambas muertas - contestó Clara - sabemos todo de ellos y no existimos para nadie más.
-Suéltame - propuso Blanca - ¿veamos que pasa?
-No me fío de ti - repuso Clara, y guardándose la pistola en la cinturilla del pantalón se dio media vuelta, la melena morena agitándose al ritmo de su paso y salió de la ruina.
La mujer rubia estaba arrodillada en el suelo, con los pantalones llenos de barro, como si hubiese sido arrastrada antes de llegar a aquella posición. Tenía las manos atadas a la espalda y la cuerda le continuaba hasta los tobillos, sujetándolos también. En su frente, la boca de una pistola, negra, pequeña, brillante. Sosteniendo la pistola estaba la otra mujer, la morena de amplia espalda y largas piernas. La ropa de esta mujer también estaba embarrada y además rota, desgarrada. El tenso brazo derecho de la mujer morena llevaba en esa postura al menos diez minutos, sin temblar, sin mostrar signos de cansancio. La cabeza de la mujer rubia llevaba los mismos diez minutos erguida, sin apartar la mirada ni un nanosegundo de los ojos de su acompañante. Sonó un móvil. La morenaza lo cogió con la mano izquierda, sin pertubar la escena en ningún otro aspecto:
-Te estamos esperando -dijo una voz distorsionada al otro lado de la linea.
-¡Cabrones! -respondió la mujer, lanzando el teléfono en una parábola perfecta sin molestarse en colgar.
Un mes antes, en la sala A...
-Bienvenida a la organización Clara.
-Gracias.
-Tus puntuaciones han sido excelentes, eres con mucho la mejor de nuestros candidatos.
-Gracias.
-Pero aún no has pasado tu examen final. Tienes que eliminar a esta persona, en un mes.
Mientras, en la sala B...
-Bienvenida a la organización Blanca.
-Gracias.
-Tus puntuaciones han sido excelentes, eres con mucho la mejor de nuestros candidatos.
-Gracias.
-Pero aún no has pasado tu examen final. Tienes que eliminar a esta persona, en un mes.
Día D, en una casa de piedra llena de maleza, con los muros semiderruidos, en medio del campo...
El móvil de la mujer rubia sonó dentro del bolsillo de su pantalón. El mismo tono que antes, pero en un terminal diferente.
-Si no lo coges, te darán por muerta-dijo la morena en un tono casual.
-Si no lo coges tú. Te cambié el móvil hace tres días, en aquella persecución en el metro.
La morena descendió el brazo derecho, hasta que la pistola estuvo a la altura de la yugular de la rubia. Entonces lentamente, doblo el brazo y se acercó hasta poder introducir la mano izquierda en el bolsillo del pantalón de aquella mujer. Descolgó:
-Te estamos esperando -dijo una voz distorsionada al otro lado de la línea.
-¿A quién?-respondió Clara, y volvió a lanzar el teléfono por los aires para estrellarlo muy cerca del otro.
-Supongo que ninguna hemos pasado la prueba, yo no he logrado capturarte y tu no has sido capaz de matarme. Ambas suspensas- dijo Blanca, con un ligero tono de burla.
-Ambas muertas - contestó Clara - sabemos todo de ellos y no existimos para nadie más.
-Suéltame - propuso Blanca - ¿veamos que pasa?
-No me fío de ti - repuso Clara, y guardándose la pistola en la cinturilla del pantalón se dio media vuelta, la melena morena agitándose al ritmo de su paso y salió de la ruina.
martes, 8 de abril de 2008
El juego de Ender
PULSAR EN EL THUMB. (si no funciona, decídlo)
Esto es un enlace al relato corto de "El juego de Ender".
Otro regalito!! Sip, lo sé, es en inglés, pero es el relato corto del que luego será el mejor libro de ciencia ficción de todos los tiempos...sin exagerar mucho.
El Juego de Ender representa un hito (al menos desde mi punto de vista) en la concepción dela novela de ciencia ficción, porque en este libro los personajes son tan importants como el futuro imaginario en el que el autor los sitúa. Y Ender es el único adulto de la historia (también desde mi enfoque), porque es el único que valora la situación, que pone en una balanza los pro y los contras, y se pregunta si lo que sucede merece la pena realmente...
El libro es más largo, más profundo, pero el relato es una pequeña joyita que merece la pena haber leido.
Espero que os guste y emocione tanto como a mi!!
Esto es un enlace al relato corto de "El juego de Ender".
Otro regalito!! Sip, lo sé, es en inglés, pero es el relato corto del que luego será el mejor libro de ciencia ficción de todos los tiempos...sin exagerar mucho.
El Juego de Ender representa un hito (al menos desde mi punto de vista) en la concepción dela novela de ciencia ficción, porque en este libro los personajes son tan importants como el futuro imaginario en el que el autor los sitúa. Y Ender es el único adulto de la historia (también desde mi enfoque), porque es el único que valora la situación, que pone en una balanza los pro y los contras, y se pregunta si lo que sucede merece la pena realmente...
El libro es más largo, más profundo, pero el relato es una pequeña joyita que merece la pena haber leido.
Espero que os guste y emocione tanto como a mi!!
lunes, 7 de abril de 2008
Historia del mamoneo
Si, el título es curioso, quizá poco polite (educado), como dirían los ingleses, pero surge de una conversación con unas amigas, cuando el sueño y el cansancio nos habían quitado todas las ganas de oir tontadas y nos habían convertido en doctoras House en potencia. Y en esto, cuando una estaba contando la típica historia chica conoce chico, chico tontea con ella, chica tontea con él, se miran, se parpadean, se sorojan, se sonrien, y al final pregunta sobre un gesto sin importancia del uno hacia el otro, la amiga más cansada de todas contesta: sólo es el mamoneo que os traeis entre los dos!
Y lo cierto es que sí, que se puede llamar de muchas formas, pero este tonteo, que no lleva a ninguna parte excepto a comerse mucho la cabeza, sólo está bien en la edad del pavo. Luego ya, si sigues jugando a lo mismo es mamoneo, con todas y cada una de las letras. Es un quiero y no puedo. O más bien, es un quiero y puedo, pero me dejo querer que tampoco está mal. Y al final es una prueba de resistencia, ¿quién es el tonto que tarda más en cansarse?
Y a todos nos ha pasado, ese amor platónico que está ahí, que ni siquiera sabes si le amas o sólo te atrae físicamente, y te mira como si sintiera lo mismo. Y lo peor es que ambos pensais que no podría funcionar, por eso no dais el paso, pero cuando os veis, os quedais colgando uno en la mirada del otro, olvidándoos de todo lo que hay alrededor. Y, a lo mejor, sólo es una ilusión, algo que no existe. Quizá es un sueño que te hace creer en el amor y en lo imposible. O probablemente sea curiosidad, o feeling (otro anglicismo) o que tiene los ojos más bonitos del mundo. O quizá no sea nada, tan sólo una broma pesada de las feromonas que nos interrelacionan. Pero ahí estás, como el perro del hortelano, ni renuncias a la sensación, ni la conviertes en realidad...
Y lo cierto es que sí, que se puede llamar de muchas formas, pero este tonteo, que no lleva a ninguna parte excepto a comerse mucho la cabeza, sólo está bien en la edad del pavo. Luego ya, si sigues jugando a lo mismo es mamoneo, con todas y cada una de las letras. Es un quiero y no puedo. O más bien, es un quiero y puedo, pero me dejo querer que tampoco está mal. Y al final es una prueba de resistencia, ¿quién es el tonto que tarda más en cansarse?
Y a todos nos ha pasado, ese amor platónico que está ahí, que ni siquiera sabes si le amas o sólo te atrae físicamente, y te mira como si sintiera lo mismo. Y lo peor es que ambos pensais que no podría funcionar, por eso no dais el paso, pero cuando os veis, os quedais colgando uno en la mirada del otro, olvidándoos de todo lo que hay alrededor. Y, a lo mejor, sólo es una ilusión, algo que no existe. Quizá es un sueño que te hace creer en el amor y en lo imposible. O probablemente sea curiosidad, o feeling (otro anglicismo) o que tiene los ojos más bonitos del mundo. O quizá no sea nada, tan sólo una broma pesada de las feromonas que nos interrelacionan. Pero ahí estás, como el perro del hortelano, ni renuncias a la sensación, ni la conviertes en realidad...
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