Extraído de: Alba P, Álvarez S, García ME, Blanco JL. 2007. La historia que se esconde tras el diagnóstico laboratorial microbiológico. ¡He visto un lindo microorganismo! I. Laboratorio veterinario Avedila 41: 2-7. (Si no lo sabeis, la primera autora soy yo, je).
La historia de la ciencia no es muy diferente a la historia de la vida. Es decir, los grandes descubrimientos que han revolucionado el campo, por ejemplo, de la microbiología, no han surgido por “generación expontánea” en la mente de un único, solitario y brillante investigador. Un científico que, tras un golpe de inspiración, diseña la idea, la pone en práctica nada más imaginarla y observa satisfecho los espectaculares resultados que obtiene desde el primer ensayo. La realidad, si volvemos la vista hacia la historia, es algo diferente. Y esta diferencia radica principalmente en que los investigadores, aparte de formar parte de la historia de la ciencia, vivieron su propia historia: su niñez, su adolescencia, sus relaciones personales, sus compañeros de trabajo,… sus conversaciones, sus lecturas, sus “ídolos”, sus inquietudes…momentos que fueron aportando un background que permitieron que, en un momento determinado, una mente clara pudiera encajar las piezas del puzle y acelarar el conocimiento científico.
El tiempo ha borrado muchos detalles de sus historias personales dejando en su lugar una fría lista de logros o protocolos de trabajo. En esta revisión sobre la historia que se esconde en cada paso del diagnóstico laboratorial microbiológico, se intenta mostrar el descubrimiento y las circunstancias personales que lo rodearon. Al menos, pretende dejar entrever cuales fueron los acontecimientos que se confabularon para que personajes como Leeuwenhoeck, Frau Hess o Kari Mullis entraran en los anales de la historia de la microbiología y la moldearan para facilitar, entre otras cosas, un correcto diagnóstico.
Y esto sólo es el comienzo... el resto está publicado en la revista AVEDILA: Repito: Alba P, Álvarez S, García ME, Blanco JL. 2007. La historia que se esconde tras el diagnóstico laboratorial microbiológico. ¡He visto un lindo microorganismo! I. Laboratorio veterinario Avedila 41: 2-7.
Como sé que os ha picado la curiosidad por saber como termina esta bonita historia de amor entre los humanos y la ciencia... os recomiendo que vayais a vuestra biblioteca más cercana o mejor a la de la facultad de veterinaria, que sé a ciencia cierta que tienen la revista, y .... la leais, por ejemplo....
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