viernes, 30 de mayo de 2008

Salta al vacío

Salta al vacío - Esas fueron las últimas palabras de Mario, asi fue como se despidió de mi. Mario salió por al puerta con una bolsa en cada mano y una mochila a la espalda. No hubo beso. No hubo abrazo. No hubo palabras de amor ni de ternura.
Salta al vacío - esas fueron sus últimas palabras. Yo le miré y sólo vi su figura borrosa bajando los escalones y perdiéndose en las tinieblas de la escalera.
Hace ahora tres años que Mario se despidiera de mi. Hoy me ha llegado un e-mail suyo. Querida Catalina: ¿Cómo te ha ido la vida? Vuelvo a España, el martes. ¿Puedes acogerme en tu casa unos días? Un beso, Mario.
No, Mario, no puedo - es lo que quiero contestarle- no puedo porque salté al vacío y me estampé contra el suelo. Perdí mi casa, perdí mi coche y perdí a los pocos amigos que todavía tenía. No puedo porque vivo en una habitación compartida en un estudio de 20 metro cuadrados. No puedo porque tú saliste de mi vida y ya no cabes en ella.
Y pese a todo lo que le quiero decir, callo. No le respondo. Borro su e-mail, como si nunca me hubiera llegado. Quizá crea que he muerto o quizá piense que no pude leer el correo, pero ya no importa.
Salta al vacío - dijo, y yo salté. Llevo tres años escalando y no ahora no voy a perder pie.

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