miércoles, 12 de diciembre de 2007

Fotografía

Cuando abrí las cortinas aquella mañana, me sorprendió lo que vi. El sol lucía radiante a pocos palmos de la superficie encrespada del mar. Las olas dibujaban caprichosas formas en la arena y las perfilaba con blanca espuma. Una bandada de gaviotas reían estruendósamente en las rocas cercanas, dejándose ver por el cielo durante un momento, para luego sumergirse en la superficie azul. El viento encrespaba cada vez más la superficie y las corriente susbmarinas hacían lo propio levantando cada vez mayores columnas de agua. Y el cielo estaba cada vez más luminosos. Lejos de sentirse amenazado por alguna nube, el sol brillaba con más fuerza a cada palmo que se alejaba del horizonte. Sus rayos golpeaban a aquella masa marina con extrema dureza. La superficie se defendía reflejandolos con incesantes estallidos de verdes, azules y amarillos. Y a cada segundo, las gaviotas reían más fuerte, el mar se alzaba más orgulloso y el sol iluminaba con mayor calor. De pronto, un estruendoso choque de agua sobre el rompeolas. Después, silencio y quietud. La luz se tornó suave y la superficie del agua casi estática.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola guapetona!!!!

Enhorabuena por tu blog, puedes estar segura de que aunque no lo mantengas muy actualizado, lo seguiré.

Un besazo.

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, ya veo que no pierdes tu ilusión por los blogs...pues nada, que te dure y te diviertas mucho con él.

Un abrazo de tu antigüo compañero de trabajo ;-)

Anónimo dijo...

esto...no ha aparecido en el comentario anterior....soy alberto jeje

PAA dijo...

Gracias. Por cierto he recibido noticias de Nicolasa, está pasando una mala racha, pero quien sabe..

Bss

Anónimo dijo...

Hola Patricia:

Me parece todo un acierto tu idea. Iré entrando a menudo en tu web.
Me alegro que te hayas acordado de mi.
Un beso para ti, para Doddy y para Alberto.

Mariajo